Aceleración de la digitalización en tiempos de COVID-19

Si todavía a alguien le quedaba alguna duda sobre la necesidad imperiosa de Transformación Digital en las empresas, la crisis derivada de la pandemia por coronavirus la ha resuelto…

Antes de la pandemia, hablábamos de que un cambio de paradigma hacia la digitalización y la “servitización” de la economía estaba en marcha. Los acontecimientos actuales han acelerado este paradigma. La economía digital ha desempeñado y continúa desempeñando un papel fundamental como motor de crecimiento económico y transformación social a nivel mundial.

En el momento actual, la mayoría de las empresas a nivel global han acelerado su digitalización, al menos en alguna parte del negocio, para atender a sus clientes y para proteger a sus empleados y empleadas que se enfrentaban a restricciones de movilidad derivadas del estado de alarma en el que nos encontramos. De hecho, a finales del mes de marzo, Microsoft[1] por ejemplo, informaba de un aumento del 775% de los servicios en la nube.

Así pues, durante este período de confinamiento se ha disparado el consumo de medios de comunicación digitales, la utilización de las redes sociales o la realización de videollamadas, el comercio electrónico y, sobre todo, ha emergido uno de los conceptos más importantes a la hora de entender la forma de trabajar, pero por qué no, también relacionarnos en el ámbito laboral en el futuro, el teletrabajo.

 

Aceleración digital

 

La pandemia por Covid-19 ha puesto de manifiesto esta aceleración digital que se ha vivido en todos los sectores en mayor o menor medida. Las entidades financieras han enviado a gran parte de sus trabajadores y trabajadoras a casa a teletrabajar, el comercio online se ha disparado, los colegios han comenzado a funcionar mediante plataformas digitales, los servicios de telemedicina han crecido también para consultas no relacionadas con el coronavirus y así nos encontramos con una larga lista de actividades que se han visto obligadas a modificar su forma de operar.

Desde el punto de vista de la industria, la realidad actual ha demostrado que las compañías más digitalizadas han podido sobrellevar mejor los cambios derivados de la situación desencadenada por el coronavirus: cambios constantes de los planes de producción como resultado de las demandas cambiantes, la disponibilidad o no de materias primas o la disponibilidad de personal clave, capacidad y activos.

Pero, además, la situación vivida también ha permitido que las empresas sean más conscientes de la conveniencia de disponer de un despliegue robusto de infraestructuras de comunicaciones y de procesos digitalizados ya que esto les ha facilitado abordar de mejor manera el tsunami que teníamos encima.

La pandemia ha impactado sobre las cadenas productivas a nivel mundial de una manera inesperada y sin precedentes. Por primera vez en la historia de la fabricación moderna, la demanda, el suministro y la disponibilidad de la fuerza laboral se han visto afectados a nivel mundial al mismo tiempo.

Sectores como el agroalimentario, el sector del papel o de productos farmacéuticos, entre otros, han estado y continúan trabajando duramente para satisfacer la demanda impulsada por las compras (en algunos casos, compulsivas de los consumidores) fruto del miedo al desabastecimiento, como ocurría en los comienzos del confinamiento.

Otros sectores como la automoción están sufriendo caídas importantes de la demanda y algunos eslabones de la cadena han experimentado ciertas interrupciones en sus cadenas de suministro de piezas y materias primas.

Además, el confinamiento ha consolidado algunos comportamientos digitales preexistentes y ha introducido nuevos hábitos en la sociedad que además se han extendido de unos segmentos de población a otros.

Mientras que algunos de estos comportamientos serán coyunturales, otros se convertirán en estructurales. No hay duda de que la recesión que seguirá a la cuarentena no afectará a todos por igual. Los expertos anticipan que esta rápida migración a las tecnologías digitales impulsadas por la pandemia continuará en el proceso de recuperación. La nueva normalidad pasa por lo digital.

 

¿Pero, que está ocurriendo en esta normalidad que llaman “nueva” y que acabamos de comenzar?

 

En primer lugar, las empresas del sector primario y secundario por lo general están volviendo rápidamente al “modus operandi” habitual con las medidas de protección necesarias, pero la realidad vivida, les habrá servido para poner en práctica las lecciones aprendidas y dejar consolidados en algunos casos y, fortalecer, en otros, los procesos digitales que habían comenzado a desplegar durante los primeros meses de la pandemia. Para ello, la palanca será la eficiencia y algunas empresas la buscarán incrementando las inversiones en soluciones de manufactura avanzada y de digitalización.

En este sentido las inversiones en la digitalización de la cadena de suministro (visión 360° del stock, la logística eficiente, y el acceso a la información en tiempo real, etc.) y la automatización, constituirán elementos clave en este proceso de aceleración digital.

Esta última, además, va a tomar un rol fundamental si las estrategias de los territorios se enfocan a la “repatriación de la producción”, como parece que puede ocurrir. De hecho, parece muy probable que los gobiernos utilicen este tipo de planes para desarrollar la capacidad de recuperación estratégica después de la crisis actual. Ejemplos de esta estrategia son los anuncios dados por los grupos automovilísticos PSA[2] o Nissan[3], esta última en referencia a su planta de Barcelona.

En segundo lugar, sectores como el sanitario, educativo o los servicios financieros que contaban con diferentes grados de avance digital, se espera que acelerarán su actividad a través de canales digitales y construirán una experiencia de cliente basada en la omnicanalidad, hibridando los servicios presenciales con los servicios online que ya venían ofreciendo, sobre todo el sector financiero, aunque mucho más reforzados.

En tercer lugar, se encuentran los sectores retail y productos de consumo que han sido los protagonistas del confinamiento: ya sea por los cierres de tiendas, por el impulso de los supermercados y alimentación como negocios esenciales y por el protagonismo del e-Commerce.

En el medio plazo se espera una continuidad en esta línea gracias al impulso de los hábitos de consumo online y la expectativa digital del consumidor. En este sentido, según datos publicados por la consultora McKinsey[4], el 75% de las personas que usan canales digitales por primera vez indican que continuarán usándolos cuando las cosas vuelvan a ser «normales«. Las empresas deberán asegurarse de que sus canales digitales estén al mismo nivel o sean mejores que los de su competencia para triunfar en este nuevo entorno. Los rezagados digitales estarán sustancialmente en desventaja durante la recuperación según indica esa misma fuente.

Por último, no nos podemos olvidar del teletrabajo que, esperemos que haya llegado para quedarse, al menos como fórmula flexible factible de conciliación para las familias.

La importancia del teletrabajo en los últimos meses ha hecho que las organizaciones se den cuenta de la conveniencia de adoptar las nuevas formas de trabajo inspirándose en entornos más colaborativos y potenciando la innovación y el compromiso del equipo. Esto se traduce en una mayor colaboración, impulsar la comunicación bidireccional, una mayor velocidad en los procesos y un mejor aprovechamiento del conocimiento que se genera en la organización.

Por tanto, dado el buen funcionamiento y el grado de aceptación, es muy probable que una de las prioridades en este próximo escenario sea facilitar el teletrabajo. Las empresas se van a replantear las inversiones en general y la adopción del trabajo en remoto ahora es ya lo suficientemente sustancial como para reconsiderar incluso los modelos comerciales actuales.

 

¿Y entonces, cual es el modelo de la industria post-Covid?

 

En este sentido, la Comisión Europea ya publicó a principios de marzo su nueva estrategia industrial #EUIndustrialStrategy, con el objetivo de conseguir una industria climáticamente neutra, digital y competitiva[5].

Como ya se explicó en un extenso artículo redactado por Montse Guerrero, consultora de AIN y responsable de la EEN, esta estrategia pretende, a través de sus líneas de actuación, aumentar el número de pymes usuarias de tecnologías digitales e involucradas en prácticas empresariales sostenibles (ambiental, social y económicamente hablando), orientando sus apoyos a las que cumplan o transiten a esa nueva realidad.

El Gobierno de España por su parte, considera «urgente» digitalizar la industria estatal en la era post coronavirus, conceptualizando así la Industrialización Digital, como el nuevo escenario para la industria en los tiempos que vienen.

En este sentido, según palabras de la ministra de industria Reyes Maroto[6] “la Transformación Digital es ahora más urgente que nunca. Necesitamos una industrialización digital fuerte» y España debe aprovechar el momento y la crisis del Covid para construir una economía fuerte basada en la tecnología, con una colaboración entre el sector público y privado cada vez más estrecha”.

Navarra, por su parte, en alineación con estas políticas, también tiene una apuesta clara por la digitalización industrial, prueba de ellos son los planes y programas existentes en ese ámbito como son: el Programa de Itinerarios 4.0 de Gobierno de Navarra, el Programa del Gobierno estatal y cofinanciado por el Gobierno de Navarra, Activa Industria 4.0 o el Programa de Fomento de la Empresa Digital de Navarra 2020 que además se prevé que incluyan ayudas de impulso al teletrabajo y a la implantación de proyectos 4.0.Sin olvidarnos de otros programas de financiación que llevan en marcha desde 2015 como el de Ayudas a la Competitividad o el Programa de Ayudas a la Inversión, ya que ambos pueden estar también vinculados con la digitalización.

En definitiva, con todo lo expuesto se puede afirmar que las organizaciones que emergerán como las más fuertes después de la crisis serán las que puedan ver la situación actual como una oportunidad para revisar sus cadenas de suministro y habilitar estrategias soportadas por tecnologías digitales. Y, aunque el futuro es incierto, debemos mirar más allá de la niebla de incertidumbre hacia posibles cambios a medio y largo plazo en la industria.

La Transformación Digital en las empresas ya comenzó hace años, pero la crisis actual ha puesto de manifiesto su importancia y su rol como palanca clave para la recuperación y camino hacia la Industrialización Digital, como nuevo escenario para la industria a medio plazo.

En este sentido, desde AIN llevamos años apoyando a las empresas y acompañándolas en su proceso de digitalización a través de la realización y apoyo a la implementación de Planes de Transformación Digital, identificación y análisis de proveedores y sus soluciones, formación de alta calidad o proyectos de transformación organizativa y de gestión del cambio, entre otros, y continuaremos haciéndolo con más empeño si cabe, para avanzar juntos en el nuevo escenario que tenemos por delante.

[1] Microsoft Azure. 28 de marzo de 2020

[2]https://www.eleconomista.es/ecomotor/motor/noticias/10541678/05/20/Francia-se-propone-repatriar-toda-la-produccion-de-PSA-y-de-Renault.html. El Economista. 14 de mayo de 2020.

[3] https://www.elmundo.es/motor/2020/05/14/5ebd39d5fc6c83ed088b45fa.html. El Mundo. 14 de mayo de 2020.

[4] McKinsey Digital. 14 de mayo 2020.

[5] https://ec.europa.eu/info/sites/info/files/communication-eu-industrial-strategy-march-2020_en.pdf

[6] Jornada de Industria 4.0: El futuro de la industria inteligente’ organizada por DigitalES. 8 de mayo de 2020.

 
 

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