10 empresas por las que Navarra es referente en economía circular

AIN ha seleccionado una decena de empresas de éxito en economía circular por los que Navarra se puede considerar un referente nacional y europeo

 

Carlo Catani, un prestigioso gastrónomo italiano, publicó hace dos años Tiempos de recuperación, un libro donde ofrecía un buen número de recetas para elaborar nuevos platos a partir de los restos de la comida del día anterior. Este concepto, practicado en las cocinas de nuestro país desde tiempos inmemorables, sería uno de los ejemplos que podríamos vincular a la economía circular.  La utilización eficiente de los recursos de los que disponemos, la preservación del capital natural y el desarrollo de una economía regenerativa son los principios fundamentales de este término, que aunque existe desde 1980, es ahora cuando ha empezado a cobrar una especial relevancia para avanzar hacia la descarbonización y construir una economía más sostenible.

La Asociación de la Industria Navarra, AIN, que empezó a trabajar en esta materia en 2014, incluso antes de que fuera impulsada por la Unión Europea en 2015 y que está participando de manera muy activa en el impulso de la economía circular en nuestra comunidad a través de diferentes programas, ha seleccionado una decena de ejemplos que muestran qué es este concepto. Entre ellos  se encuentra en el Lizarte, fundada en 1973 para fabricar direcciones manuales remanufacturadas y que en la actualidad emplea a un centenar de personas. “En un año podemos llegar a refabricar cinco toneladas de potenciales residuos que se transforman en  más de 50.000 unidades de producto y salen de nuevo al mercado con un nivel de calidad equivalente a un producto nuevo”, señalan. Este es un ejemplo, pero hay muchos más.

 

 

  1. Fundación Aspace Navarra para el Empleo, cómo fijar población en zonas rurales con la economía circular

 La economía circular crea empleo. Y no solo eso. Además, sirve para fijar población al territorio en zonas que se encuentran en riesgo de despoblación. Es lo que ha demostrado el proyecto Biointegra, impulsado por  Aspace Navarra. En Roncesvalles, y gracias a la colaboración con Intia, aquí, en uno de los puntos de partida del Camino de Santiago, un total de 9 personas, siete de ellas con discapacidad, seis del entorno de Roncesvalles, elaboran distintos productos lácteos como quesos o yogures. Además de usar energías de origen renovable, todos sus envases son biodegradables. Pero donde esta entidad pone en práctica uno de los principios de la economía circular, el revalorizar los desperdicios, es en su planta de tratamiento de residuos de aparatos eléctricos y electrónicos Ecointegra, situada en Aoiz.

Aquí, en  Ecointegra, empezaron trabajando en 2007 un total de 15 personas. Casi 15 años después su plantilla ha aumentado hasta las 65 personas, el 92% con discapacidad. Reciben aparatos eléctricos y electrónicos en desuso de la zona Norte de España (Navarra, País Vasco, La Rioja, Aragón, Cantabria) y de Francia (Aquitania). Hasta la fecha han recuperado 65.000 toneladas. Desde Aspace, que ha cumplido este 2021 medio siglo de vida, siguen potenciando la circularidad: “Participamos en proyectos de I+D+i  para recuperar los metales raros que se encuentran en las pantallas planas”.

 

  1. Navarpluma dará una segunda vida a las prendas del grupo Inditex que contengan plumas, su materia prima

 Las plumas de pato y de oca son la materia prima de NAVARPLUMA, firma con sede en Orkoien dedicada a ofrecer calidades de plumón a medida a los fabricantes de ropa, nórdicos, almohadas y cojines, productos comercializados por las empresas del sector. Aunque su actividad es por símisma circular, como lo confirma la evaluación del ciclo de vida útil de sus productos, esta firma, que emplea a un total de 40 personas, ha dado un paso más en su estrategia de circularidad para contribuir a la sostenibilidad del planeta.

En esta última parte del año está lanzando una nueva línea de relleno alternativo sostenible apoyado en un innovador sistema de trazabilidad que utilizará la tecnología CERTAIN T DNA fruto de una cooperación tecnológica américo-ispana. Incluirá también la recogida de plumones procedentes de ropa usada para su proceso y transformación en relleno de calidad destinado a nuevas producciones textiles. “Siendo el sector de la moda cada día más consciente por su impacto en materia de cambio climático, nos hemos propuesto dar un paso más en aportar soluciones y cuidar tanto de las personas como del planeta”, explican desde esta firma.

 

  1. SKF Tudela, aceite industrial ‘infinito’

En los presupuestos anuales de SKF Tudela, especializada en la producción de rodamientos para el sector de la automoción, y que da trabajo a cerca de 400 trabajadores, aparecía una partida de aproximadamente 700.000 euros que se destinaba a la compra de aceites industriales, necesarios para los distintos procesos de fábrica, entre ellos la operación de super acabado superficial denominado lapeado. Desde este año esta partida prácticamente se ha reducido. ¿Cómo lo han conseguido? Esta empresa, perteneciente a una multinacional sueca, ha puesto en marcha dos líneas en las que se trata el aceite y se prolonga su vida útil de forma casi ilimitada. Gracias a un proyecto de I+D+i, han logrado aislar las nanopartículas que hacen que el aceite se oxide y se vuelva inservible. “Una de las líneas, denominada DST Integrated, y en funcionamiento desde marzo de este año, regenera de manera continua el aceite que usamos para nuestro proceso de lapeado.  Este aceite circula por todas las líneas de producción de fábrica”.

“Los resultados medidos en cantidad de contaminantes, rugosidad superficial y calidad a la primera del ensayo de ruido, confirman la enorme mejora que este proceso aporta al proceso del rodamiento y a los diferentes procesos que deben llevarse a cabo en su fabricación”, señalan desde SKF.

La segunda de las líneas, que estará operativa a principios del próximo mes, y llamada DST Stand Alone Recondoil, será la que esta compañía empleará para los clientes externos a SKF, que ya han mostrado interés en tener un aceite limpio y regenerado. Es un caso de economía circular donde el mismo aceite se somete a un proceso de limpieza de partículas contaminantes y se devuelve a su propietario en un proceso que puede repetirse una y otra vez cuando sea necesario.

Esta mejora no solo supone un ahorro para la empresa. Entre sus ventajas hay que destacar la reducción del impacto medio ambiental, junto a la mejora de productividad y, además, una disminución de las averías de la maquinaria o de los circuitos de paso del aceite.

 

  1. Aislanat, pioneros en España desde Navarra en la fabricación de aislante de celulosa.

Aislanat es un ejemplo perfecto de actividad basada en la economía circular. Fundada por los hermanos Julen e Íñigo Puncel Arandigoien, en 2011, recogen al año cerca de 2.000 toneladas de papel de periódicos limpios (los que no se venden) para darles una segunda vida. En concreto, esta celulosa actúa como un aislante económico y de altas prestaciones en las viviendas. Con sede en Beriáin, donde también cuentan con fábrica, producen otras 2.000 toneladas de celulosa que venden tanto en España como en otros países como Francia o Uruguay. “Aislanat es una empresa pionera en España. Dadas las altas prestaciones térmicas y que la celulosa en su vida absorbe más C02 del que emite (tiene un balance negativo en emisiones de CO2), podemos afirmar que el aislante de celulosa es el más verde de todos los aislantes. Esta actividad es completamente sostenible y cierra por completo el círculo”.

 

  1. Beeplanet, una segunda vida para las baterías eléctricas

 BeePlanet Factory, S.L., fundada en 2018 y ubicada en el Vivero de Empresas de CEIN, es uno de los claros exponentes navarros en materia de economía circular. Su actividad, que consiste en desarrollar, fabricar y comercializar soluciones de almacenamiento energético basadas en baterías de ion litio procedentes de vehículos eléctricos, le ha valido un buen número de reconocimientos como el Premio Emprendedor XXI. Con su solución no solo dan una segunda vida a baterías que, de otro modo, se convertirían en desecho,  también contribuyen a la descarbonización de la economía, aportan alternativas al sector de la movilidad y también nuevas soluciones al de la energía. “Contamos con dos productos comerciales para el ámbito estacionario: Home ESS para el mercado residencial y Power ESS para el mercado comercial e industrial. Nuestras soluciones de almacenamiento basadas en baterías de segunda vida ofrecen prestaciones equivalentes o incluso superiores a los sistemas tradicionales de almacenamiento de energía, con un impacto ambiental más reducido”, explican desde esta empresa. “Y todo ello con unos retornos muy atractivos, facilitando la implantación del almacenamiento y generación renovable no contaminantes”.

 

  1. PVT, la economía circular en el ADN de la empresa

“En nuestra compañía nos sentimos muy comprometidos con el empleo, la economía y el entorno”, explica Javier Martón Pérez, gerente de la firma PVT (Pavimentos Tudela), con una trayectoria de 34 años en el mercado, dedicada a la fabricación de pavimentos prefabricados de hormigón antideslizantes para exteriores, y con una plantilla de 32 personas. Sus comienzos en economía circular datan de muchos años atrás, ya que desde el inicio en la empresa se desplegaron criterios y  acciones de bajo impacto ambiental. “En 2009 instalamos un molino de trituración mecánica, con el que reutilizábamos todo el material que no pasaba los controles de calidad, como un componente más en la capa base de las baldosas, en lugar de llevarlo a plantas de residuos”, señala. Ahora, además de su recuperar sus propios residuos, también aprovechan residuos sólidos de otras industrias, debidamente valorizados.

En el marco de esta filosofía de trabajo, en la que todo lo que se produce se puede recuperar, y con plena consciencia de que los recursos naturales son finitos, han logrado que todos los productos que fabrican se puedan colocar sin mortero.  El sistema consiste en colocar los pavimentos sobre arenas y gravas, mediante un perímetro de confinamiento bien definido. “Este método de colocación que denominamos en base flexible, no es nuevo. Las calzadas romanas ya usaban esta técnica. No solo supone ahorrar en costes de colocación, sino que además convertimos un gasto en inversión, ya que cuando es necesario realizar una actuación en la red que requiere abrir una zanja, se pueden recuperar las baldosas”.

En su misión de aportar valor a la sociedad, Javier Martón relata su compromiso con la sostenibilidad y la preservación del medio ambiente.  “En una clara apuesta por la I+D+i, hemos conseguido desarrollar nuestros productos estrella: por un lado, ecoGranic, un pavimento muy eficaz en la eliminación de contaminación atmosférica, y por otro, ecoDraining, un pavimento permeable que además de ser anti-contaminación, tiene la capacidad de filtrar grandes cantidades de agua, incluso en episodios de lluvias torrenciales”.

 

  1. Ciudad Agroalimentaria de Tudela, la economía circular también es para las infraestructuras

 La Ciudad Agroalimentaria de Tudela (CAT) tiene un plan. Desde el año pasado trabajan para alcanzar en 2030 la neutralidad climática. Con ayuda de la Asociación de la Industria Navarra (AIN) han trazado una hoja de ruta que se encuentra estructurada en torno a cinco grandes iniciativas cuyo fin es conseguir una economía más sostenible y baja en carbono. Entre esas iniciativas se encuentra el trabajar en la movilidad sostenible, la I+D+i para la economía circular o la formación.. Esta infraestructura única, donde empresas del sector agroindustrial comparten instalaciones y servicios de forma sostenible para ser más competitivas, tiene previsto acometer en la próxima década, dentro del marco de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), un total de 15 metas que contemplan 80 acciones distintas..

Uno de los principales atractivos para las empresas de la CAT es una Central de Infraestructuras Comunes (CIC), donde se encuentra una planta de trigeneración, en la que se produce vapor, agua caliente, agua fría y electricidad, con una eficiencia energética cercana al 80%. La energía eléctrica producida se evacúa a la red y los servicios energéticos producidos se suministran a las distintas empresas a través de un rack aéreo de 2 kilómetros. “El objetivo del CIC es evitar la inversión en instalaciones particulares de cada empresa. Gracias a este innovador sistema se obtienen ahorros importantes en costes  energéticos”, explican desde la CAT.

 

  1. Josenea, las personas, en el centro de la economía circular

 La economía circular o es social o no será. Aprovechar el talento de las personas y regenerar el capital humano es uno de los principios básicos de la circularidad. Y si hay un proyecto que encarne estos principios es Josenea. Fundado en 2002 por Jesús Cía, en el eje central de su actividad se encuentra la reinserción en el mercado laboral de personas de entre 17 y 65 años en situación de riesgo de exclusión. Con una plantilla de 48 trabajadores, se dedican en su finca Bordablanca de Lumbier, a la producción y comercialización de infusiones, tés, y secado de frutas.  Con un mercado internacional, y reconocidos en varias ocasiones por su trabajo, Jesús Cía, condecorado con la Cruz de Carlos III El Noble, explica que toda la actividad realizada en Josenea es circular y sostenible. Esto incluye desde el ciclo del agua, hasta el de la energía pasando también por los residuos.  “Con los residuos orgánicos elaboramos compostaje de buena calidad, y desde 2018, también tratamos los residuos vegetales procedentes de poda a través de una planta piloto de compostaje creada en colaboración con la UPNA”.

En continuo crecimiento desde su nacionamiento en  2002, el próximo gran hito de Josenea en su finca de Bordablanca será un parque de la economía circular de Navarra. Este “Living Lab Circular Rural”, único en Europa, será un espacio de divulgación y práctica real de la economía circular que aunaría cultivos, invernaderos, secaderos, compostaje, gastronomía y venta de producto de cercanía. Y sobre todo, será un punto que atraerá riqueza y ayudará a fijar la población en una zona amenazada por la despoblación. “Desde 2006 han pasado por Josenea, 25.000 personas. Con este parque demostramos que la economía circular es rentable, genera valor social y económico generando nuevos productos”.

 

  1. Oleofat, pionera en Europa

 Oleofat, empresa ubicada en la Ciudad Agroalimentaria de Tudela, es ejemplo de otro tipo de negocio en torno a  la  economía circular en  Navarra. Su actividad consiste en valorizar subproductos y residuos grasos para darles una segunda vida en distintas aplicaciones. En un año, esta compañía fundada en 2015, y con una plantilla de 85 personas, es capaz de procesar más de 45.000 toneladas de residuos que después son destinadas a la fabricación de biocarburantes avanzados. Y no solo eso.

Con la innovación en su ADN, en febrero de 2021 consiguió el sello de pyme innovadora, se acaba de convertir en la primera empresa europea que ha conseguido producir una materia prima a partir de residuos vegetales, que cumple con los más altos controles de calidad exigidos por las autoridades, y que servirá para producir biojet, un biocombustible sostenible y ecológico para el sector de la aviación que permitirá reducir la huella de carbono en este sector.

La estrategia empresarial del grupo Oleofat se basa en la diversificación y en la apuesta por el crecimiento de su área de I+D, donde tiene previsto aumentar su estructura y lanzar en breve nuevos proyectos colaborativos que afianzarán el posicionamiento de Oleofat en el mercado de los subproductos revalorizados. Dentro de su apuesta por la economía circular, durante el próximo año prevén aumentar su cartera de productos para dirigirse a otros mercados como la industria oleoquímica y cosmética.

 

10. ACR, reciclar áridos

Consciente del impacto medioambiental que genera su actividad, en los últimos años la constructora ACR se ha involucrado en diversos proyectos e iniciativas de economía circular, orientadas a la reducir el efecto de su actividad productiva de una forma equilibrada y sostenible y, con ello, reducir su huella de carbono.

Entre ellas, destaca, por un lado, una iniciativa que tiene como objetivo la utilización de áridos reciclados en las obras que ACR está actualmente ejecutando en Pamplona, y que cuenta con una subvención del Fondo de Residuos 2021 creado por el Gobierno de Navarra. Con este proyecto, el árido reciclado pasa a utilizarse como material de relleno en cimentación y en el acondicionamiento del solar consiguiendo, por una parte, reutilizar un material de desecho de otras obras y por otra, evitar la extracción de árido nuevo y el correspondiente impacto medioambiental que esto supone.

En esta misma línea de aprovechamiento y reciclaje de recursos se basa otro proyecto que ACR ha puesto en marcha junto con la firma BeePlanet Factory, dedicada al desarrollo de proyectos tecnológicos que permitan el almacenamiento sostenible de energía. Este proyecto consiste en la utilización baterías de vehículos eléctricos descartadas, para canalizar la energía obtenida mediante paneles fotovoltaicos situados en las casetas de obra.

Estos proyectos se enmarcan en el compromiso que la constructora navarra tiene para desarrollar su actividad de una forma cada vez más responsable con las personas y con el planeta, progresando hacia un modelo industrial y sostenible, apoyado en la innovación, la tecnología y la colaboración.

 
 

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