«Un buen número de empresas están desaprovechando energía y lo desconocen»
Joaquín Erice Lacunza, jefe de proyectos energéticos de la Asociación de la Industria Navarra, analiza la actual escalada de precios de la energía y sus efectos en el tejido industrial navarro
En sus 35 años de experiencia profesional, Joaquín Erice Lacunza, jefe de proyectos energéticos de la Asociación de la Industria Navarra (AIN) no había visto nunca crecer tanto el precio de la energía como en los últimos meses. Por eso, el número de empresas que se ponen en contacto con
AIN, pionera en España con la creación en la década de los 80 de un máster sobre eficiencia energética, ha aumentado de manera considerable. “Hemos desarrollado planes a medida para las empresas en la mejora de su eficiencia energética, y más recientemente planes de descarbonización en la industria”, explica Erice que, junto a su compañera, Natalia Ortega, responsable del área de ingeniería y energía de AIN, lideran un equipo especializado de 25 ingenieros e ingenieras que a lo largo de esta año han desarrollado una intensa actividad para orientar a la industria, como el Foro de Industria y Energía, promovido conjuntamente por AIN y Gobierno de Navarra, y en el que participaron cerca de 40 empresas de todos los sectores.
El precio de la electricidad se ha multiplicado por tres, y el de gas, por 6. ¿Qué está suponiendo esta situación para el tejido industrial navarro?
En la práctica supone que si una empresa venía pagando 150.000 euros por su factura energética ha pasado a desembolsar casi setecientos mil euros. En el mejor de los casos el coste energético se ha multiplicado por tres y en aquellas industrias intensivas en el uso de electricidad y gas, como el sector papelero, están pagando hasta siete veces más que en ejercicios anteriores.
De ahí la inflación…
Lo que todos vivimos en los supermercados al hacer la compra es solo la punta del iceberg. La industria venía soportando la subida del precio de la energía incluso desde antes de la guerra de Ucrania. Aunque hayan repercutido parcialmente el sobrecoste, sus márgenes se han reducido de manera considerable. Esta situación afecta, especialmente, en las pymes, con una capacidad financiera menor que las grandes corporaciones para afrontar la subida.
¿Qué puede hacer cualquier empresa de Navarra frente a una situación que trasciende nuestras fronteras?
La pandemia aceleró la transformación digital de las empresas. En apenas dos años se hizo tanto como en los últimos cinco o seis. Con esta nueva situación está sucediendo algo parecido en materia energética. Las empresas necesitan reducir su factura energética y mejorar en este ámbito. Esto pasa por ahorrar, lo que implica analizar diferentes medidas de eficiencia; supone descarbonizarse para consumir energía de origen renovable y, sobre todo, dejar de depender del contexto internacional.
¿Existen soluciones mágicas?
La verdad es que no hay una solución mágica. Lo que existe es un compendio de actuaciones como el autoconsumo a través de instalaciones fotovoltaicas en sus cubiertas, la automatización de procesos con tecnologías de monitorización de consumos, recuperación de calores residuales, electrificaciones de procesos con tecnologías de aerotermia en procesos de baja temperatura o climatización, uso de biomasa autóctona en generación de procesos térmicos de origen estable y un largo etcétera… El número de planes de descarbonizaciones que venimos realizando desde AIN ha aumentado de manera considerable. Y no solo se debe a la situación actual, sino que las empresas son conscientes de que la regulación europea está marcando este camino.
¿Qué debería hacer cualquier empresa que quiera mejorar en este ámbito?
El punto de partida de la hoja de ruta sería la elaboración de un “Plan de descarbonización” cuya duración y las medidas que implementen dependerán de la tipología y casuística de cada una de ellas. Muchas empresas están desaprovechando parte de la energía y no son conscientes. Incluso en el caso de que esa hoja ruta se fije para un horizonte temporal amplio habrá que ir revisándola con los nuevos escenarios y tecnologías que vayan surgiendo a lo largo del periodo de implementación. La descarbonización de una industria es una carrera de fondo que requiere hacer un estudio pormenorizado de las características energéticas particulares de la propia empresa y abordar este reto con las medidas y tecnologías más adecuadas.