Los sistemas de protección contra incendios, un imperativo para la industria
Por Yolanda Izuriaga, responsable de Seguridad contra Incendios de AIN
Las llamas que devastaron la cúpula del Planetario este pasado miércoles nos recuerdan la importancia que ha ido adquiriendo la seguridad contra incendios. La seguridad contra incendios en una planta industrial es un aspecto crítico que no solo protege los activos de la empresa, sino que también garantiza la seguridad de los empleados y la viabilidad a largo plazo del negocio. Aunque idealmente esperamos que nunca se necesite utilizar, su presencia y funcionalidad son fundamentales para prevenir pérdidas catastróficas. Los datos, en este sentido, son muy claros.
Las cifras de la Unión Española de Entidades Aseguradoras y Reaseguradoras (UNESPA) indican que en 2018 se produjeron unos 7.500 incendios industriales en España: un promedio nada desdeñable de 24 incendios al día. Seis años después, la estadística no ha bajado. Anualmente, las industrias españolas se enfrentan a daños por incendios valorados en unos 9.375 millones de euros y deben abordar pérdidas con recursos propios por valor de 5.625 millones. Estas cifras resaltan cómo los incendios comprometen la competitividad empresarial al obligar a las empresas a dedicar significativos recursos para recuperarse, limitando así su capacidad para innovar y avanzar en los años siguientes. Muchos no lo consiguen: a nivel mundial, tres de cada cuatro empresas cierran tras un incendio. Este, casi siempre, está vinculado a la falta de prevención.
Para paliar esta situación es necesario entender qué es una instalación de protección contra incendios (PCI) y por qué son tan importantes. En función de qué queramos proteger (máquinas y personas) y, por supuesto, del riesgo de incendio que exista, irán desde algo sencillo, que también servirá para cumplir el reglamento, como, por ejemplo, detectores de humo, alarmas, extintores o mangueras, hasta otras más avanzadas que requerirán protección automática de incendios como rociadores.
El reglamento de protección contra incendios es relativamente nuevo con respecto a otros reglamentos de seguridad de otro tipo de instalaciones. Como todos los reglamentos, es un reglamento de mínimos, y para poder desarrollar las actividades, la industria está obligada a cumplirlo. Este cumplimiento se lleva a cabo, pero lo que pasa a ser de vital importancia, es realizar un seguimiento efectivo de las instalaciones PCI.
En la situación actual, el cambio de la visión está llevando a los responsables de las plantas industriales, conscientes del riesgo de continuidad de sus negocios, a aumentar las medidas de protección activa, enfocadas a la gestión de riesgos y a mejorar sus instalaciones PCI, utilizando para ello otras herramientas disponibles, como las distintas normativas internacionales de reconocido prestigio y estudios dinámicos de modelización de un incendio de los distintos activos de una empresa, con el objetivo de dotarlos de la mayor protección posible. En este cambio están trabajando igualmente la mayoría de las compañías aseguradoras.
En las más de tres décadas de experiencia que atesora la Asociación de la Industria Navarra ofreciendo soluciones en esta materia hemos sido testigos de las distintas mejores técnicas que se han ido introduciendo en esta materia, en gran parte gracias a la evolución de los estándares nacionales e internacionales, y, sobre todo, a una mayor concienciación empresarial. Un claro ejemplo de estos avances lo encontramos tanto en los edificios como en las instalaciones fotovoltaicas que, en función de los materiales, tanto de soporte como de instalación, generan un nuevo riesgo a proteger.
Es comprensible que, en ocasiones, las inversiones en medidas de seguridad que no se utilizan a diario puedan ser pasadas por alto o subestimadas; pero es necesario continuar con el cambio de esta visión. Y es importante reconocer el valor intrínseco de estas instalaciones y el papel fundamental que desempeñan y, para ello, es esencial tomar medidas proactivas para mitigar estos riesgos y proteger tanto al personal como a los activos para garantizar la continuidad a largo plazo de sus negocios.
Para abordar todos estos desafíos, hay varios aspectos que las empresas industriales deben tener en cuenta: realizar una evaluación exhaustiva de riesgos; implementar medidas preventivas; mejorar la infraestructura de seguridad; capacitar y concienciar al personal; y promover una cultura de seguridad mantenida en el largo plazo.